Ya no hay condenación
"Pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro DIOS, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros Su rostro para no oír" (Isaías 59.2).
El poder del pecado es grande y espantoso, ya que destruye nuestra relación con DIOS en todo sentido. Sin embargo, hay un poder mucho mayor y de gran bendición para todo aquel que cree. Hablamos de la sangre de CRISTO, la cual, tiene el poder de limpiar todos nuestros pecados (1° carta de Juan 1.7b).
¿Querés dejar de vivir una vida que a DIOS no le agrada? ¿Querés ser salvo de tus pecados? ¿Querés que el SEÑOR cambie tu vida por completo? JESÚS es la respuesta para esas y otras preguntas. El profeta Isaías dijo: "Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a JEHOVÁ, el cual tendrá de él misericordia, y al DIOS nuestro, el cual será amplio en perdonar" (Isaías 55.7).
Todo aquel que permite que CRISTO sea su Señor y Salvador, experimentará la misericordia y la gracia de DIOS. Entonces, el poder del pecado terminará y tendrá lugar, en nosotros, la vida de DIOS. La Escritura nos enseña: "Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en CRISTO JESÚS, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al ESPÍRITU" (Romanos 8.1).
Como creyentes en JESÚS, ya no hay condenación, porque hemos sido libertados del pecado para tener vida eterna en CRISTO (Romanos 6.22-23).