Una relación con DIOS
"JEHOVÁ es mi fortaleza y mi escudo; en ÉL confió mi corazón, y fui ayudado..." (Salmo 28.7a).
Todos los creyentes en JESÚS necesitamos una relación personal con DIOS; de otra manera, estaríamos desorientados en nuestro caminar con el SEÑOR e impedidos de poder hacer Su voluntad perfecta. Y cuando hablamos de relacionarnos con ÉL, estamos diciendo que debemos ocuparnos de las Escrituras y de orar al SEÑOR.
La Palabra de DIOS la necesitamos porque es nuestra brújula para esta vida (Salmo 119.105). Ella nos corrige, nos orienta y nos moldea para que podamos andar y crecer en la voluntad del SEÑOR (2° carta a Timoteo 3.15-17 y Hebreos 4.12).
Al mismo tiempo, también necesitamos orar sin cesar al SEÑOR (1° carta a los Tesalonicenses 5.17); es decir, que debemos hacerlo con persistencia y fe. Y esto lo hacemos reconociendo que necesitamos de ÉL y que confiamos en el único y soberano SEÑOR (Salmo 28.7a).
Cuando vivimos vidas de oración y somos obedientes a la Palabra de DIOS, nos estamos aferrando al SEÑOR de señores. De esa manera, el SEÑOR será glorificado y honrado, y nuestra relación con ÉL crecerá.