Tempestad en sosiego
"Entonces claman a JEHOVÁ en su angustia, y los libra de sus aflicciones. Cambia la tempestad en sosiego, y se apaciguan sus ondas. Luego se alegran, porque se apaciguaron; y así los guía al puerto que deseaban" (Salmo 107.28-30).
Cuando pasamos por situaciones complejas, nos preocupamos, nos angustiamos y nos estresamos; sufrimos porque no hallamos solución o salida a nuestras dificultades. Todo esto puede provocar una aflicción tan grande, que puede llegar a afectarnos físicamente, al punto de enfermarnos. Pero como creyentes en JESÚS, sabemos adonde acudir en esos tiempos.
Y es en el Salmo 107 donde se menciona que si una persona que confía en el SEÑOR clama a ÉL en su angustia, ÉL lo libra de sus aflicciones (versos 2-6,19 y 28). Es decir, que las manos del SEÑOR están abiertas para recibirnos y darnos una paz sin igual y duradera, además de Su liberación. Algunas veces el SEÑOR nos da el ánimo y fortaleza necesarios para soportar con paciencia la prueba por la que pasamos. Pero hay otras veces, en las cuales el SEÑOR libra completamente y al instante de esas situaciones.
Todos queremos que nuestras aflicciones desaparezcan al momento, pero a veces es necesario que pasemos un tiempo por esas aflicciones o pruebas, para que así el SEÑOR pueda cambiar en nosotros, lo que tiene que cambiar. Pero venga cuando venga la salida de la prueba, es importante recordar que DIOS está en control de todo, y que actuará en Sus tiempos y de acuerdo a Su voluntad.
La manera de DIOS es que primero clamemos a ÉL, y entonces... ÉL obrará (Salmo 107.28). Es ÉL, quien "cambia la tempestad en sosiego (tranquilidad), y se apaciguan sus ondas" (Salmo 107.29). Y cuando la tormenta se calma por obra del SEÑOR, nos alegramos (Salmo 107.30a). De esta manera, ÉL nos guía al puerto que deseamos (Salmo 107.30b).