Salvación para un suicida

17.09.2024

"Despertando el carcelero, y viendo abiertas las puertas de la cárcel, sacó la espada y se iba a matar, pensando que los presos habían huido" (Hechos 16.27).

  En la Biblia, encontramos el registro de alguien que estuvo a punto de suicidarse. A este hombre (un carcelero), se le dio la orden de que guardase con seguridad en la cárcel, a Pablo y a Silas. Pero a medianoche, mientras en oración Pablo y Silas cantaban al SEÑOR, hubo un terremoto que provocó, no solo que se abrieran todas las puertas, sino también que se soltaran todas las cadenas de los presos. Así que, al despertar el carcelero y ver todo abierto, pensó que todos se fugaron (huyeron) de la cárcel (Hechos 16.23-27).

  En aquellos días, si un preso se escapaba de la cárcel y no lo encontraban, ejecutaban a los guardas de la cárcel (Hechos 12.19). Así que, a raíz de lo que había sucedido, el carcelero pensó que era mejor quitarse la vida (suicidarse), antes que sufrir la humillación y la muerte por parte del gobierno romano. Sin embargo, al darse cuenta Pablo, le dijo: "No te hagas ningún mal, pues todos estamos aquí" (Hechos 16.28).

  En ese último instante, cuando para el carcelero no había otra salida, logró escuchar a Pablo; así que, "pidiendo luz, se precipitó adentro, y temblando, se postró a los pies de Pablo y de Silas; y sacándolos, les dijo: Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo?" (Hechos 16.29-30).

  Este carcelero encontró salvación en CRISTO al creer en ÉL (Hechos 16.31), de la misma manera que la puede encontrar cada persona; incluso, todo aquel que ya no tiene esperanza, o que no ve alguna solución o salida a su problema.

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