Reconciliados para un propósito eterno

14.01.2024

"... ahora os ha reconciliado en Su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de ÉL" (Colosenses 1.21b-22).

  El amor de DIOS es tan grande, que en el tiempo adecuado, envió a Su amado HIJO JESÚS a este mundo, para "reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de Su cruz" (Colosenses 1.20). Y esa reconciliación, nos alcanza también a nosotros, pues la Escritura dice: "Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado en Su cuerpo de carne, por medio de la muerte" (Colosenses 1.21-22a).

  Esa reconciliación ha nacido en el corazón de DIOS y se llevó a cabo a través de JESÚS en la cruz del calvario, solo por Su Gracia y Misericordia. Por otra parte, esa reconciliación tiene el propósito eterno de "presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de ÉL" (Colosenses 1.22b; considerar también Efesios 5.25-27).

  JESÚS nos presenta ante el PADRE, como "santos y sin mancha e irreprensibles delante de ÉL; si en verdad permanecéis fundados y firmes en la fe, y sin moveros de la esperanza del Evangelio que habéis oído, el cual se predica en toda la creación que está debajo del cielo..." (Colosenses 1.22b-23).

  Cuando permanecemos en el Evangelio de nuestro SEÑOR, vivimos en santidad; esa santidad que se requiere para ver al SEÑOR (Hebreos 12.14 y 1°carta de Pedro 1.15-16).

alametaconcristo.com