¡Nunca me olvidaré de ti!
"¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, Yo nunca me olvidaré de ti" (Isaías 49.15).
¿Podría el SEÑOR olvidarse de aquellos que ha salvado con Su sangre preciosa? ¿Acaso podría ÉL rechazarnos y dejarnos a la deriva?
En cierta ocasión, y aunque parezca increíble, el pueblo de DIOS expresó estas palabras: "Me dejó JEHOVÁ, y el SEÑOR se olvidó de mí" (Isaías 49.14). El pueblo de DIOS realmente había perdido toda sensibilidad, y ya no veían que la mano del SEÑOR los estaba guiando y protegiendo siempre. Aquel que actuaba con mano poderosa y que los había sacado de Egipto, ya no era importante para ellos.
Pero a pesar de esta terrible declaración que ellos hicieron, DIOS les responde con estas palabras: "¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, Yo nunca me olvidaré de ti" (Isaías 49.15). Y además agrega: "He aquí que en las palmas de las manos te tengo esculpida; delante de Mí están siempre tus muros" (Isaías 49.16).
Esa promesa que el SEÑOR le dio a Su pueblo, se extiende también para todos los creyentes en CRISTO JESÚS, pues Su amor inmenso nos alcanza y abraza (Salmo 103.13).
La compasión del SEÑOR por Sus hijos e hijas es grande y no nos dejará, tal como lo dice la Escritura: "No te desampararé, ni te dejaré" (Hebreos 13.5b).