No podemos dejar de decir
"Mas Pedro y Juan respondieron diciéndoles: Juzgad si es justo delante de DIOS obedecer a vosotros antes que a DIOS; porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído" (Hechos 4.19-20).
Luego de que viniera el ESPÍRITU SANTO sobre los doce discípulos* de JESÚS aquel día de Pentecostés, Pedro y Juan comenzaron a hablarle al pueblo. Pero sucedió que "vinieron sobre ellos los sacerdotes con el jefe de la guardia del templo, y los saduceos" y los pusieron en prisión, debido a que enseñaban sobre JESÚS y anunciaban la resurrección de entre los muertos (Hechos 4.1-3).
Entonces sucedió lo que aquellos líderes no querían que sucediese: "Muchos de los que habían oído la palabra, creyeron; y el número de los varones era como cinco mil" (Hechos 4.4). Esto no les gustó a los líderes, y para que no siga sucediendo, amenazaron a Pedro y a Juan para que dejen de hablar de JESÚS (Hechos 4.17-18).
Pedro y Juan no podían acceder a este requerimiento de los líderes, pues ellos seguían a alguien muy superior. Ellos seguían a Aquel que les había enseñado y guiado, y aún lo seguía haciendo a través del ESPÍRITU SANTO. Ellos seguían al Redentor de sus almas, al Salvador y SEÑOR de sus vidas. Por tanto, su respuesta fue: "Juzgad si es justo delante de DIOS obedecer a vosotros antes que a DIOS; porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído" (Hechos 4.19-20).
Ante las presiones y/o burlas de los demás, podemos tomar la única decisión sabia: Obedecer a DIOS sobre todas las cosas, diciendo las maravillas que hemos visto y oído, tal y como lo hicieron Pedro y Juan.
* Nota: Judas, el que entregó a JESÚS, ya no estaba como discípulo, porque se suicidó; y fue elegido en su lugar, Matías (Hechos 1.12-26).