¿Las tinieblas o la luz?
"Otra vez JESÚS les habló, diciendo: Yo soy la Luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la Luz de la vida" (Juan 8.12).
En el libro del profeta Ezequiel leemos: "¿Quiero Yo la muerte del impío? dice JEHOVÁ el SEÑOR. ¿No vivirá, si se apartare de sus caminos?" (Ezequiel 18.23). Ciertamente, DIOS no quiere que el ser humano se pierda, sino que quiere que todos procedan al arrepentimiento para que sean salvos (2° carta de Pedro 3.9b).
Sin embargo, cada día el ser humano se aparta más y más del SEÑOR, prefiriendo vivir sin Su consejo. Esa preferencia o elección de vivir sin la guía del SEÑOR, lo lleva a vivir una vida errante y sin esperanza verdadera. Conscientemente, el ser humano se rebela contra DIOS y Su voluntad, porque como en todos los tiempos de la historia, "amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas" (Juan 3.19b).
Pero, aunque el pecado abunda cada vez más en este mundo, también es cierto que sobreabunda la Gracia de DIOS mediante JESUCRISTO (Romanos 5.20b-21). Y cuando esa Gracia de DIOS nos alcanza, el pecado deja de gobernar o reinar en nosotros; o dicho de otra manera, dejamos de vivir en el pecado (Romanos 6.1-14).
Así que, ya no amamos las tinieblas (el pecado), sino la Luz (JESÚS); y nuestras obras, como creyentes en JESÚS, están ahora regidas por la voluntad de DIOS (Efesios 2.10).