La Gracia destinada a nosotros
"Los profetas que profetizaron de la Gracia destinada a vosotros, inquirieron y diligentemente indagaron acerca de esta Salvación, escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el ESPÍRITU DE CRISTO que estaba en ellos, el cual anunciaba de antemano los sufrimientos de CRISTO, y las glorias que vendrían tras ellos. A estos se les reveló que no para sí mismos, sino para nosotros, administraban las cosas que ahora os son anunciadas por los que os han predicado el Evangelio por el ESPÍRITU SANTO enviado del cielo; cosas en las cuales anhelan mirar los ángeles" (1° carta de Pedro 1.10-12).

Desde antes de la fundación del mundo, el plan de salvación ya estuvo preparado (1° carta de Pedro 1.18-20); y muchos años antes de que el SALVADOR (JESÚS) viniera a este mundo, hubo personas que se tomaron muy en serio las Palabras de DIOS. Ellos no solo se ocupaban de leer las leyes de DIOS, sino que se preocupaban y ocupaban para saber con exactitud lo que DIOS decía. Estas personas eran profetas de DIOS que "inquirieron y diligentemente indagaron acerca de esta salvación" que vendría (1° carta de Pedro 1.10-12).
Uno de "los profetas que profetizaron de la Gracia destinada a vosotros" (1° carta de Pedro 1.10a), fue el profeta Isaías. Él describió la agonía, la muerte y la resurrección del MESÍAS, cientos de años antes del nacimiento de JESÚS (Isaías 53.1-12). Y cuando JESÚS vino a esta tierra, "habitó entre nosotros lleno de Gracia y de Verdad" (Juan 1.14) y además se cumplieron en ÉL, todas aquellas palabras que fueron profetizadas.
La Escritura enseña que JESÚS vino "para dar Su Vida en rescate por muchos" (Mateo 20.28b) y "para que todo aquel que en ÉL cree, no se pierda, mas tenga vida eterna" (Juan 3.16b).
La Gracia de DIOS que fue profetizada en la antigüedad, ya se ha manifestado para salvación (Tito 2.11) y solo nos queda a nosotros, creer en JESÚS para ser salvos (Hechos 16.31).