La Biblia y el creyente en JESÚS
"Entre tanto que voy, ocúpate en la lectura, la exhortación y la enseñanza. No descuides el don que hay en ti, que te fue dado mediante profecía con la imposición de las manos del presbiterio. Ocúpate en estas cosas; permanece en ellas, para que tu aprovechamiento sea manifiesto a todos. Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren" (1° carta a Timoteo 4.13-16).
La Biblia está formada por 66 libros; de los cuales, 39 conforman el Antiguo Testamento (antes de CRISTO) y los otros 27 conforman el Nuevo Testamento (después de CRISTO). Además, cada uno de sus 66 libros están perfectamente relacionados entre si. Por otra parte, cada una de sus palabras es especialmente útil y valiosa para cada ser humano que le presta atención (2° carta a Timoteo 3.16).
A través de ella, podemos conocer a DIOS personalmente y en profundidad, comenzando por Su plan para salvarnos (Juan 3.16). Y aunque la Escritura fue escrita durante muchos años (y hace muchos años), ésta tiene un mensaje invariable, oportuno, confiable y actual, ya que Su Autor (el SEÑOR), es el mismo ayer, y hoy y por los siglos (Hebreos 13.8).
Pablo exhortó a Timoteo, para que se ocupara de la lectura de la Escritura y permaneciera en ello; ya que esto sería provechoso no solo para él, sino también para todos aquellos que lo rodeaban (1° carta a Timoteo 4.13-16). Y esta exhortación que Pablo le hizo a Timoteo, es aplicable a nosotros.
La regularidad con la que nos ocupamos de la Biblia, muestra la importancia que le damos no solo a la Escritura, sino también al mismo SEÑOR. Así que, necesitamos como creyentes en JESÚS, aprender a familiarizarnos con este libro cada día, porque esto nos permitirá darle honor y gloria a su Autor, viviendo en Su perfecta voluntad.