Escuchemos el consejo
"Escucha el consejo, y recibe la corrección, para que seas sabio en tu vejez. Muchos pensamientos hay en el corazón del hombre; mas el consejo de JEHOVÁ permanecerá" (Proverbios 19.20-21).
Samuel era un joven que ministraba al SEÑOR en presencia de Elí (sacerdote y juez en Israel) (1° libro de Samuel 3.1a); y hacía esto, ya que su madre Ana lo había dedicado al SEÑOR (1° libro de Samuel 1.28). La situación para este joven era que él "no había conocido aún a JEHOVÁ, ni la Palabra de JEHOVÁ le había sido revelada" (1° libro de Samuel 3.7), además de que "la Palabra de JEHOVÁ escaseaba en aquellos días; no había visión con frecuencia" (1° libro de Samuel 3.1b). Así que, cuando DIOS lo llamó para que sea profeta en Israel, él inmediatamente pensó que era Elí quien lo estaba llamando (1° libro de Samuel 3.4-6).
Ante esa situación, Elí terminó entendiendo que era el SEÑOR quien estaba llamando a Samuel (1° libro de Samuel 3.8). Así que, le aconsejó que la próxima vez que escuche la voz, le conteste diciendo: "Habla, JEHOVÁ, porque tu siervo oye" (1° libro de Samuel 3.9). Este joven, tomó el consejo de su instructor o guía espiritual, e hizo de esa manera (1° libro de Samuel 3.10).
DIOS nos habla siempre. Pero tal vez, por algún motivo en particular, no nos damos cuenta de esto; así que, el SEÑOR utiliza a los creyentes en CRISTO, para captar nuestra atención. Por eso, es muy importante tener y mantener un grupo íntimo de creyentes en JESÚS (hombres y mujeres), en quienes podamos confiar.
Si tenemos esa clase de hermanos en la fe (piadosos y fieles al SEÑOR), somos bienaventurados y tendremos seguridad, porque esas relaciones nos permiten estar animados y fortalecidos, pues sus palabras siempre provendrán del SEÑOR nuestro DIOS (Proverbios 11.14).