¿Dónde estás?
"Mas JEHOVÁ DIOS llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú?" (Génesis 3.9).
El primer hombre y la primera mujer (Adán y Eva), vivían su relación con DIOS con mucha naturalidad; ellos, estaban acostumbrados a escuchar al SEÑOR en el huerto de Edén. Sin embargo, cuando tomaron la decisión de desobedecer al SEÑOR, se escondieron (Génesis 3.8) y no quisieron hablar con ÉL. Así que, el SEÑOR, sabiendo lo que había sucedido, tomó la iniciativa y los buscó. El texto bíblico, lo dice de esta manera: "Mas JEHOVÁ DIOS llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú?" (Génesis 3.9).
La relación que ellos solían tener con DIOS, se había roto; y teniendo la posibilidad de reconciliarse con el SEÑOR, no lo hacen. Ellos, en lugar de reconocer su desobediencia, prefirieron darle excusas al SEÑOR. Y lo que recibió el ser humano por desobedecer, fueron las consecuencias de sus malas acciones (Génesis 3.10-24).
Hoy, el principio es el mismo: La desobediencia al SEÑOR, trae malas consecuencias. Todo aquel que insiste en seguir sus propios caminos, tendrá que afrontar las malas consecuencias que vendrán (ahora y en la eternidad).
Por eso, DIOS nos ofrece 'un camino nuevo y vivo' (Hebreos 10.19-22), pues ÉL quiere 'reconciliarnos consigo mismo por CRISTO' (2° carta a los Corintios 5.18). Así que, cuando ÉL pregunta: "¿Dónde estás tú?" (Génesis 3.9), no tengamos miedo ni le demos excusas. Vayamos en arrepentimiento y reconciliémonos con ÉL. ÉL nos perdonará y restaurará, y disfrutaremos de un caminar diario y constante con ÉL.