Del temor a la victoria
"Mas gracias sean dadas a DIOS, que nos da la victoria por medio de nuestro SEÑOR JESUCRISTO" (1° carta a los Corintios 15.57).
En el Antiguo Testamento leemos constantemente acerca de cómo Israel pecaba contra DIOS, y que debido a eso, DIOS los entregaba en manos de sus enemigos. Luego, ellos clamaban al SEÑOR y DIOS les enviaba un juez o libertador para que los guíe. Este ciclo se repetía una y otra vez.
En una de esas ocasiones DIOS llamó a Gedeón, un hombre que ante los ojos del SEÑOR era un "varón esforzado y valiente" (Jueces 6.12). Él estaba listo para dirigir un poderoso ejército de 32.000 hombres contra el enemigo. Pero el SEÑOR intervino reduciendo el ejército israelita, hasta que quedaron solo 300 (Jueces 7.2-7).
Gedeón iba a atacar (con 300 hombres), un campamento enemigo que era "como langostas en multitud" (Jueces 7.12). Y a causa del temor que tuvo Gedeón, DIOS lo despertó de noche y lo mandó a un lugar estratégico, para que escuchara una conversación entre dos soldados enemigos, sobre un sueño terrible para ellos (los enemigos). Ese sueño era una visión de la victoria de los israelitas; y cuando Gedeón escuchó esa conversación, supo que el SEÑOR estaba obrando.
A veces tenemos miedo debido a las circunstancias que nos tocan atravesar, pero al igual que con Gedeón, DIOS nos anima y nos asegura la victoria, si confiamos en ÉL. Es por eso que en las batallas de la vida, tenemos que dejar de ver lo que nosotros podemos hacer, y comenzar a ver lo que DIOS puede hacer.
Una y otra vez vemos en la Biblia, que el SEÑOR utiliza las circunstancias para desarrollar fe en nosotros; y muchas veces, DIOS nos quita comodidades y falsas seguridades, para recordarnos que ÉL es nuestra única fuente de poder (Jueces 7.2).
"Mas gracias sean dadas a DIOS, que nos da la victoria por medio de nuestro SEÑOR JESUCRISTO" (1° carta a los Corintios 15.57).