¡Analiza mi vida, oh DIOS!
"Examíname, oh DIOS, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos; y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno" (Salmo 139.23-24).
David era una persona que sabía muy bien Quién lo había creado (formado) y no se olvidó de agradecerle al SEÑOR por ello (Salmo 139.1-18). De igual manera, nosotros tampoco debemos olvidarnos de que el SEÑOR es nuestro Creador, y de que solo ÉL puede ver hasta lo más profundo de nuestro ser. Solo ÉL sabe con exactitud el estado en que se encuentra nuestro corazón ya que nos conoce íntimamente (Hebreos 4.12-13).
Su Gracia y Misericordia por nosotros, hacen que ÉL pueda obrar en nuestras vidas; pues no tenemos un DIOS limitado, sino un SEÑOR que puede salvarnos, sanarnos, limpiarnos, perdonarnos, restaurarnos, darnos paz, guiarnos, etc.
Así que, detengámonos un instante para buscar al SEÑOR y decirle, así como dijo el rey David: "Examíname, oh DIOS, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos; y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno" (Salmo 139.23-24).
Conozcamos al SEÑOR más íntimamente cada día, y dejemos que ÉL obre en nuestras vidas continuamente.