Nuestro anhelo

13.10.2023

"Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve" (Hebreos 11.1).

  Los hombres y mujeres de fe que se mencionan en Hebreos 11, eran personas que no habían recibido lo que DIOS les había prometido (Hebreos 11.13 y 39). Sin embargo, esas personas abrazaron esas promesas como verdaderas y pasaron sus vidas anhelando su cumplimiento. La Palabra de DIOS nos dice que ellos miraron de lejos las promesas de DIOS, las creyeron y las saludaron por la fe (Hebreos 11.13).

  La fe que ellos tenían, les había ayudado a comprender, que solo estaban de paso por este mundo (eran peregrinos y extranjeros); ellos reconocían que su verdadero hogar se hallaba más allá de esta vida. Así que, en lugar de concentrarse en esta vida terrenal, ellos optaron por anhelar una patria mejor: la patria celestial que el SEÑOR les había prometido. Es por eso que el SEÑOR no se avergonzó de llamarse DIOS de ellos (Hebreos 11.13-16).

  Estos hombres y mujeres, no estuvieron interesados en las cosas de este mundo, sino que solo estaban interesados en ser fieles a DIOS; y de esta manera, un día llegar a la patria celestial (Hebreos 11.25-26).

  Y para nosotros ¿Cuál es nuestro interés? ¿Dónde está nuestra mirada?. La Escritura nos recuerda: "Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en JESÚS, el Autor y Consumador de la fe..." (Hebreos 12.1-2a).

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