De las tinieblas a Su luz

07.05.2024

"Porque DIOS, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de DIOS en la faz de JESUCRISTO" (2° carta a los Corintios 4.6).

  En el principio de la creación, la tierra estaba desordenada y vacía; así que DIOS dijo: "Sea la luz; y fue la luz"; separando de esta manera, la luz de las tinieblas (Génesis 1.1-5). Y de la misma manera que en el principio hubo desorden y vacío en este planeta, también hay desorden y vacío en una vida sin CRISTO. Por otra parte, ese mismo "DIOS que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de DIOS en la faz de JESUCRISTO" (2° carta a los Corintios 4.6).

  El SEÑOR resplandece en nuestros corazones desde el mismo instante en que creemos en ÉL como SEÑOR y SALVADOR de nuestras vidas. Es por Su gracia que Su luz nos alcanza y ordena nuestras vidas, así como lo dijo David en uno de sus Salmos: "Por JEHOVÁ son ordenados los pasos del hombre, y ÉL aprueba su camino" (Salmo 37.23).

  JESÚS, la luz verdadera, nos alumbra (Juan 1.9) y nos muestra el sendero por el cual debemos transitar (Salmo 16.11).

  La Escritura nos dice, a todos los creyentes en JESÚS: "Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por DIOS, para que anunciéis las virtudes de Aquel que os llamó de las tinieblas a Su luz admirable; vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de DIOS; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia" (1° carta de Pedro 2.9-10).

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